sábado, 20 de septiembre de 2008

Siddhartha

Javier hizo 7.000 kilómetros simplemente para regalarme Siddhartha. Ayer finalicé su lectura -mientras diluviaba ahí fuera y las gotas furiosas le ponían banda sonora a cada página-. Y me pareció que hablaba de mí y de la decisión de quedarme en Asia. De buscar y de encontrar, de mantenerse al acecho de nuevas preguntas siempre -nuevos retos, nuevas sensaciones, nuevas experiencias, nuevos brillos en la mirada- o de simplemente esperar a que la respuesta fuera al encuentro de uno sin buscarla. Siddhartha encuentra la paz cuando ya no la busca; Govinda -el que siempre busca- acaba por no encontrar nada. Bonita metáfora. Puede que sea cierta y que en el empeño de buscar, pase por alto mil cosas que la vida me pone delante sin saber apreciarlas. Quizás en alguna de ellas estaría mi felicidad, pero me la pierdo por no haber sido capaz de pararme a mirarla. Por las prisas, por ansiar más, por no querer que siendo barquero me alcancen las canas.

¿Hermann Hesse habla de mí? Prefiero pensar que no. Que el que busca, encuentra; que el que sólo espera, no halla. De lo contrario, poco sentido tendría lo que estoy haciendo. ¿O estoy en camino constante en búsqueda de nada? Bien pensado, quizás. Lo dije no hace mucho: soy de las que disfruta del camino sin importarle la meta ni lo que le espera al final de la jornada.

Ojalá me encuentre un día un río y me hable al oído como le ocurrió a Siddhartha.

4 comentarios:

Unknown dijo...

olguita querida!!!
q lindo poder leerte ahora mas seguido! ES como tenerte mas cerca!
Te mandamos un beso enorme desde argentina, tus amigotes,
Joaco y Luqui!

Unknown dijo...

Hei, que tal? Així que et quedes. Nosaltres que l’esperàvem per fer el sopar que tenim pendent... Bé, si l’arribem a fer, cosa de la que ja tinc algun dubte, intentaré que deixin un plat buit a la taula per tu.
El dia que tornis, sobretot, avisa'ns.

Molta sort i ens anem escrivint.

Eloi Argilaga

gzira dijo...

En realidad, Siddartha nunca deja de buscar, pero se para frente a un río que se mueve y muta en cada segundo, mientras la mayoría de las personas entienden que es el mismo cauce, con un nombre que lo fija y limita, sin entender que cada vez que se mueve es distinto: lo mismo que te pasa a ti.
Olas

Olga Moya dijo...

Joaco y Lucas! Me alegra mucho oiros! Espero que sigáis bien (uno enamorado y el otro con nuevo trabajo en U.S.A???). Os prometo una visita cuando me decida a cambiar de continente!

Eloi! Quan torni, aviso! Prometido! Tenedme al corriente de novedades!

Y... Javier??? Lo deduzco por la firma "Olas". En primer lugar, te echo de menos. No sabes la de trabajo que tendríamos en Dharamsala para corregir caminos desviados. En segundo lugar, no estoy del todo de acuerdo contigo en la lectura de Siddhartha. Pero ya es muy nuestro eso de no estar de acuerdo en lecturas de libros, poemas o canciones. Tengo un bolígrafo de Gruyere aquí conmigo. No te has ido del todo. Besos y (¿adivinas?) Olas!