domingo, 28 de septiembre de 2008

Tengo novio

Tengo novio. O eso piensa media India. Ya había utilizado esta técnica con Matt y Javier cuando viajaba con ellos, pero ahora se trata de una pareja imaginaria que pulula por algún lugar de Asia y con la que en breve me reencontraré. Se trata de una suerte de mentira piadosa para que los locales me dejen tranquila. Una técnica de efectividad dudosa, la verdad.

Pero estoy tan acostumbrada a soltarlo a la primera de cambio que hoy lo he hecho con un occidental. Y estoy preocupada. ¿Estaré adquiriendo doble personalidad? ¿Me estaré creyendo mi propia bola y me deprimiré el día que vea que no me llegan rosas, que mi cama está vacía, que nadie me llama cada día para preguntarme cómo me va?

El chico en cuestión, de otro lado, no lo merecía. Se llama Gil, es israelí aunque reside en Sudáfrica y tiene novia, por lo que no había peligro de ataque indeseado. Nos hemos conocido en el autobús nocturno de Dharamsala a Manali y, aunque nos alojamos en el mismo hotel, ni siquiera estamos compartiendo habitación.

Era absolutamente innecesario. Pero me ha salido asi. Y ahora el no deja de preguntar sobre la vida de mi supuesta pareja, por qué viajamos separados, cuándo nos reencontraremos...