miércoles, 6 de octubre de 2010

África is different

Ahora sí. A menos de dos días de hacer aterrizar mi pies en Lunsar, reordeno mi maleta (lleva días medio hecha) y mis ideas a un tiempo. No quiero dejarme nada ni olvidar el verdadero motivo por el que viajo hasta allí. Hace días que, entre los nervios, los preparativos, las reuniones con San Juan de Dios y el papeleo, ya no sé si voy a ejercer de médico, de cooperante, de viajera o de todo a la vez. Pero no, hoy lo he recordado. Voy en calidad de periodista ciudadana. Y eso es todavía mejor.

El tema central que voy a investigar es el de la unidad de telemedicina que permite dinamitar 5.000 kilómetros y acercar de modo casi futurista a los médicos de San Juan de Dios en Barcelona hasta los pacientes de Sierra Leone necesitados de sus conocimientos. De todos modos, muchas serán las historias laterales que se cruzarán con esta, centenares las personas con vidas absolutamente fascinantes que se encontrarán conmigo en unas mismas coordenadas espacio-temporales, decenas los paisajes que me encogerán el alma y me encenderán la piel. Y ahí estaré yo para contároslo -y contármelo, que a menudo necesito escribir para entender-.

Estos últimos días, muchas de las personas de mi entorno que han estado en el continente africano han coincidido en darme una única información: África es diferente. Ni consejos, ni advertencias, ni películas a medio contar. Sólo eso. Y lo agradezco. En parte, porque así dejan intactas mi imaginación y mi capacidad por sorprenderme; en parte, porque estoy segura de que lo será -diferente, digo-. De hecho, ya lo está siendo. África es distinta por las mariposas de colores que han echado a volar dentro de mi estómago. Hacía mucho que ningún viaje conseguía hacerme sentir así.