sábado, 20 de septiembre de 2008

Prólogo a un viaje comenzado

Este blog se inicia en el medio de algo. El pistoletazo de salida lo pone Dharamsala, un pequeño lugar en el mundo situado en algún punto del Himalaya. No es mi primer destino transoceánico, ni siquiera es el primer enclave de este último viaje que ya hace dos meses que me tiene por India y Nepal deambulando. Hubiera sido más fácil que viaje y blog hubieran ido siempre de la mano. Pero mi blog ha decidido nacer ahora -tras más de un año en el continente asiático-. El por qué, puedo intuirlo: porque lo que hasta ahora eran viajes de ida y vuelta, con fecha de caducidad impresa desde el mismo momento de iniciarlos, es hoy una duda eterna, unos puntos suspensivos que no hallan la certeza, un no saber ni cómo, ni hacia dónde, ni hasta cuándo.

Cruzo un puente sin destino. El final es invisible. Quizás no haya nada; quizás haya algo.

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