miércoles, 23 de junio de 2010

Veintidiez

En ocasiones me empeño en ser la tipa más tonta del planeta. En ocasiones, por querer marcar mi individualidad frente a una masa social empecinada en que compre de rebajas, celebre la Navidad o haga una fiesta por mi treinta cumpleaños, me radicalizo en la posición contraria -y no compro, paso de la Navidad por sistema y decido unilateralmente que el cumplir 30 no es motivo da nada-.

Al cumplir mis veintidiez me puse especialmente tonta. La presión social por que lo celebrara como es debido aumentó debido a la redondez del número y mis ganas de hacerlo disminuyeron de forma proporcional. Nunca había sido persona que celebrara este tipo de cosas y no iba a empezar a estas alturas -por muy redondo, psicológico y fronterizo que fuera el número de años que cumplía-. Pensaba, además, que tenía poco que celebrar: por todos es bien sabido que el 2010 (otro número redondo, por cierto) no está siendo el mejor año de mi vida. Y todo ello, unido a unos pocos contratiempos de última hora, hicieron que incluso una cena en petit comité me pareciera un plan nefasto. Quería ponerme el pijama, ver la tele y pensar que el 22 de junio era sólo un día más.

Por suerte no me dejaron. Insistieron como sólo los buenos amigos saben hacerlo y salí. Y hoy, con resaca y una etiqueta en la mano que reza “Para los días sin sorpresas” me doy cuenta de lo tonta que fui. Mi día tuvo sorpresas. Muchas. Buenas y malas. Como la vida. Como los 364 días de no-compleaños que me quedan por vivir. Estaba equivocada: no se trata de rebajar a día normal uno que que debería ser especial; si no de convertir en especiales todos aquellos que se supone que deberían ser normales.

4 comentarios:

Ekeko dijo...

y brindaremos por todos los que nos quedan por celebrar aunque no estemos juntas......va por ti princesa (y me refiero a los chopecientos mil dias normales que convertiremos en especiales)

Olga Moya dijo...

Gracias, Mer! Tengo buena maestra en eso de hacer de los días normales algo especial!

mundonieve dijo...

Llegue de casualidad a tu blog (por la publicación del Dive Master) pero con tu permiso me voy a quedar un tiempo más, aquí, en tu casa.

Me ha gustado lo que escribes y cómo lo escribes.

Recibe un saludo y una felicitación

Olga Moya dijo...

Muchas gracias! Ponte cómodo y siéntete como en casa