En ocasiones me empeño en ser la tipa más tonta del planeta. En ocasiones, por querer marcar mi individualidad frente a una masa social empecinada en que compre de rebajas, celebre la Navidad o haga una fiesta por mi treinta cumpleaños, me radicalizo en la posición contraria -y no compro, paso de la Navidad por sistema y decido unilateralmente que el cumplir 30 no es motivo da nada-.
Al cumplir mis veintidiez me puse especialmente tonta. La presión social por que lo celebrara como es debido aumentó debido a la redondez del número y mis ganas de hacerlo disminuyeron de forma proporcional. Nunca había sido persona que celebrara este tipo de cosas y no iba a empezar a estas alturas -por muy redondo, psicológico y fronterizo que fuera el número de años que cumplía-. Pensaba, además, que tenía poco que celebrar: por todos es bien sabido que el 2010 (otro número redondo, por cierto) no está siendo el mejor año de mi vida. Y todo ello, unido a unos pocos contratiempos de última hora, hicieron que incluso una cena en petit comité me pareciera un plan nefasto. Quería ponerme el pijama, ver la tele y pensar que el 22 de junio era sólo un día más.
Por suerte no me dejaron. Insistieron como sólo los buenos amigos saben hacerlo y salí. Y hoy, con resaca y una etiqueta en la mano que reza “Para los días sin sorpresas” me doy cuenta de lo tonta que fui. Mi día tuvo sorpresas. Muchas. Buenas y malas. Como la vida. Como los 364 días de no-compleaños que me quedan por vivir. Estaba equivocada: no se trata de rebajar a día normal uno que que debería ser especial; si no de convertir en especiales todos aquellos que se supone que deberían ser normales.
4 comentarios:
y brindaremos por todos los que nos quedan por celebrar aunque no estemos juntas......va por ti princesa (y me refiero a los chopecientos mil dias normales que convertiremos en especiales)
Gracias, Mer! Tengo buena maestra en eso de hacer de los días normales algo especial!
Llegue de casualidad a tu blog (por la publicación del Dive Master) pero con tu permiso me voy a quedar un tiempo más, aquí, en tu casa.
Me ha gustado lo que escribes y cómo lo escribes.
Recibe un saludo y una felicitación
Muchas gracias! Ponte cómodo y siéntete como en casa
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