lunes, 18 de mayo de 2009

Paz

Tuve que hacer 139 inmersiones antes de ver a mi primer whale shark. Tenía una especie de gafe: siempre que estaba enferma o en el barco de la tarde, los que habían buceado por la mañana lo veían. Sin embargo, mi suerte cambió. Ya he visto seis; cinco de ellos en los últimos cinco días. Ahora soy una especie de talismán: si voy en el barco, hay tiburón.

Y los amo. Y es un amor correspondido. Un romance, una historia, un affaire. Se me ilumina la cara cuando los veo. Siento mariposas en la barriga. Me pongo nerviosa. No puedo dejar de sonreir. Y ellos se acercan a mi. Me buscan entre la multitud y se aproximan. Juegan. Buscan el momento en el que estoy sola para aparecer. Me quieren en la intimidad. Y yo a ellos.

PAZ. No existe una palabra que los describa mejor.