martes, 23 de marzo de 2010

Prácticos vs Amorosos

Los prácticos hipotecan su presente en función de su futuro.
Los prácticos se enamoran de alguien que vaya a gustar a sus padres.
Los prácticos trabajan en bancos aunque tengan vocación de periodistas, de maestros aunque en su día quisieron ser médicos.
Los prácticos saben con quién deben relacionarse y con quién no.
Los prácticos se quedan.
Los prácticos sueñan dormidos.
Los prácticos se casan al llegar a los 30 no vayan a quedarse solos.
Los prácticos sobreviven.
Los prácticos lo tienen todo controlado.
Los prácticos se agarran a clavos ardiendo.
Los prácticos sonríen.
Los prácticos aprenden a ser felices.
Los prácticos no buscan, encuentran.
Los amorosos, en cambio, hipotecan su futuro en función de su presente.
Los amorosos se ríen de las gentes que aman a perpetuidad.
Los amorosos son artistas y fotógrafos, periodistas de guerra, escritores, maestros por vocación.
Los amorosos viven al día, no saben hacer más.
Los amorosos siempre se están yendo.
Los amorosos son los que abandonan, los que cambian, los que siempre han de estar solos.
Los amorosos sueñan despiertos.
Los amorosos viven.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.
Los amorosos se entregan en cada beso al cien por cien.
Los amorosos juegan a coger el agua, a tatuar el humo.
Los amorosos ríen mucho y lloran más.
Los amorosos lo quieren todo.
Los amorosos no encuentran, buscan.

(Algunas de las frases referentes a los amorosos están tomadas del poema “Los amorosos” de Jaime Sabines)