lunes, 13 de octubre de 2008

Incertidumbre

Puede que mañana entre en el campo de refugiados de nuevo; puede que no. Tengo algunos artículos pendientes del OK definitivo por parte de los redactores jefes de las diferentes publicaciones y me tienen en vilo. De momento -y como soy una optimista nata-, viajo esta noche a Mae Sariang, el último pueblo tailandés antes de la zona fronteriza en la que se hallan los campos de refugiados. Si tengo los OK, entro; sino, me iré a Chiang Mai un par de días, retocaré los textos y luego regresaré para entrar en el campo.
Tengo ganas. Ya hace casi un año que estuve allí y jamás cumplí la promesa que les hice de regresar de nuevo. Se lo debo. Y me lo debo también a mí. Tengo ganas de volver a estar entre ellos, de ver sus caras de felicidad cuando entre al aula el primer día, de regalarle a Mussy -la señora de la casa en la que me alojé la otra vez- los saquitos de especias que le he traído de la India, de volver a sentarme ante un fuego y una guitarra a cantar con ellos, de resvalarme y tropezar de nuevo en las cascadas.
De momento, incertidumbre. Si no tenéis noticias mias en un tiempo es que estoy dentro.